Violencia de género

Actualmente en nuestro país tenemos un femicidio cada 26 horas.⏱️
Casi uno por día. 

Santa Fe no escapa a esta realidad.

Son muchas las mujeres que sufren violencia en nuestra ciudad. 

A la situación de violencia se suma también la deficiencia de los organismos municipales y los organismos provinciales que deberían actuar para brindar herramientas y acompañamiento para poder afrontar estas situaciones.

¿Como denunciar violencia de género en Santa Fe?

Desde Santa Fe Funciona investigamos este proceso y sus dificultades. En conjunto con la Asociación Civil Generar y las Promotoras Territoriales de Género y Diversidad Micaela García, organizaciones que asesoran y acompañan a las víctimas de violencia de género, pudimos acceder a datos sobre las personas que buscan denunciar la violencia y el recorrido que deben realizar para poder acceder a cualquier medida autosatisfactiva, es decir, medidas que buscan evitar la continuidad de las situaciones de violencia, como la medida de distancia que fija un rango dentro del cual el agresor no puede acercarse a la víctima bajo pena de detención o el botón antipánico, que permite a la víctima avisar a las fuerzas de seguridad apenas el agresor se le acerca.

Los resultados de la investigación se presentaron en el panel “¿Ruta o laberinto? – Abordar un caso de violencia de género en la ciudad de Santa Fe”, realizado en noviembre de 2024, y se pueden consultar en nuestro informe , donde se sintetizan nuestras conclusiones.

¿RUTA O LABERINTO_ ABORDAR UN CASO DE VIOLENCIA DE GÉNERO EN LA CIUDAD DE SANTA FE.pdf

Encontramos entonces que en nuestra ciudad se presentan serias dificultades para poder acceder a los mecanismos que la ley contempla para hacer frente a la violencia de género, desde la denuncia inicial hasta la entrega de una orden de alejamiento o de un botón antipánico. El paso por estos mecanismos es lo que denominamos la Ruta Crítica de la Denuncia. Comprende la denuncia inicial, en comisarías o centros territoriales de denuncia, la solicitud de las medidas deseadas y su concesión en los tribunales de familia correspondientes, la notificación de estas medidas en las comisarías, y, en el caso del botón antipánico, una entrevista previa en la Dirección de Mujeres y Disidencias de la Municipalidad y la entrega del botón o de la aplicación de celular que reemplaza al mismo, dependiendo del criterio que asuma la Dirección.
Puede parecer un recorrido lineal pero no lo es. La información con la que contamos es alarmante. Sólo la mitad de las personas que realizan la primera instancia de denuncia llegan a solicitar y recibir las medidas, y este porcentaje de denuncias es apenas una parte de la cantidad de personas que acuden a las organizaciones para poder asesorarse sobre sus situaciones de violencia. Aquí encontramos la relación con otra realidad: la falta de información respecto de los mecanismos disponibles para enfrentar la violencia, y esto tiene que ver con la nula iniciativa por parte de la Municipalidad para poder acercar esta información al conjunto de los santafesinos. En muchas ocasiones, la información depende de las organizaciones que realizan acompañamientos para poder ser difundida entre la población de nuestra ciudad. 

Hay muchos otros factores que llevan a esta situación, desde el desconocimiento de los propios funcionarios y trabajadores municipales sobre la Ruta y su falta de perspectiva de género pasando por la distancia necesaria para realizar todos los pasos (y la diferencia considerable que hay entre quien vive en el distrito centro y quien vive en el distrito norte), y también la propia situación socioeconómica de las personas que sufren la violencia, quienes en la mayoría de los casos son mujeres de los barrios populares de nuestra ciudad, que sufren diversas carencias que agravan tanto las situaciones violentas como su capacidad de acceder a las herramientas que ofrece el municipio.
 
En definitiva, no podemos pensar en terminar con la violencia de género en nuestra ciudad cuando el propio acceso a los mecanismos mínimos de protección frente a esta situaciones se encuentra severamente limitado. El primer paso para una ciudad sin violencia de género es garantizar el acceso igualitario a estos mecanismos para toda la población, independientemente de su lugar de origen, de su nivel económico o educativo, y de la mayor o menor predisponibilidad de los propios funcionarios y trabajadores municipales para abordar los casos.


¿Qué proponemos ante esto?

Frente a estas dificultades, nuestra propuesta tiene que ver con la figura del acompañante en situaciones de violencia de género. En la ciudad de Santa Fe contamos con legislación específica que contempla el acompañamiento en casos de violencia (y que se cumple muy pocas veces, por no decir en ninguna, y sobre la cual no hemos tenido respuesta a pesar de haber presentado pedidos de acceso a la información), pero ninguna que cuente con la idea de la persona acompañante. Esta es una figura que asesora a la persona en situación de violencia, que la acompaña a lo largo del recorrido por la Ruta de la Denuncia, que se asegura del correcto funcionamiento de cada parte de la Ruta y que brinda también contención emocional en caso de ser necesaria. Aquí entra en juego un factor importante. La violencia de género es una situación compleja, que tiene consecuencias emocionales fuertes para la persona que la sufre pero sobre la cual pesan aún una serie de estigmas y preconceptos que hacen muy difícil para la persona incluso aceptar la situación por la que está pasando, y que hacen que la búsqueda de ayuda sea infinitamente más complicada. En una situación así, con una persona que se encuentra en un momento muy vulnerable emocionalmente, y frente a un sistema municipal absolutamente confuso y con actores que no siempre dan a la violencia el abordaje necesario, es comprensible que la persona que busca denunciar desista a poco de empezar. El trabajo de la persona acompañante, por tanto, es de suma importancia al funcionar como referente que le permite a la persona afectada un punto de apoyo desde donde emprender y completar el camino que tiene por delante. 

Este trabajo es desempeñado actualmente por las organizaciones que asesoran y acompañan casos de violencia de género en nuestra ciudad, un trabajo que vienen realizando de manera eficiente pero limitada debido a la escasez de recursos para realizar la tarea. Sería entonces necesario que la Municipalidad pueda no sólo revisar el funcionamiento de la Ruta de la Denuncia, sino también trabajar en conjunto con estos espacios que desde hace tiempo vienen desempeñando su labor, y que podrían en este trabajo conjunto desarrollar todo su potencial.  
El primer paso para enfrentar el problema de la violencia de género es abordarlo desde una perspectiva humana. En Santa Fe Funciona este es uno de los pilares de nuestro pensamiento. Nuestra ciudad debe funcionar bien, nuestra Municipalidad debe funcionar bien, y la participación activa de nuestra gente también es parte fundamental para que podamos hablar de una Santa Fe que Funciona Sin Miedo.