Solidaridad

En Santa Fe hay hambre. Y una pobreza e indigencia que van creciendo con el paso de los años. 

Según los resultados del Observatorio de la Deuda Social Argentina, en el primer trimestre del 2024 el índice de pobreza en la Argentina llegó al 54,9%, es decir, más de la mitad de la población del país. En Santa Fe los mismos datos son escalofriantes: la población pobre constituye el 60,6% de nuestra ciudad, la indigencia abarca el 18,3%, y el índice de pobreza alcanza al 80% de los niños santafesinos. Es decir, de cada 10 niños en nuestra ciudad, 8 son pobres.

Las consecuencias en nuestra ciudad son devastadoras. La situación de pobreza afecta a nuestros barrios, donde vemos más y más personas en situaciones críticas. No sólo aumentan los problemas sociales, con consecuencias para la salud y el potencial productivo de nuestra ciudad, sino que tenemos frente a nuestros ojos la dolorosa realidad del hambre de nuestra gente.


¿Qué respuestas hay?

Frente a una respuesta casi nula de nuestras autoridades, es la misma gente de nuestra ciudad la que se organiza para hacer frente a estos problemas. Multitud de comedores, merenderos y agrupaciones sociales desempeñan una labor imprescindible para poder acercar a las familias que lo necesitan algo tan básico como un plato de comida. Con Santa Fe Funciona formamos parte de la campaña Santa Fe sin Hambre, lanzada en 2024, con el objetivo de hacer un relevamiento de estos espacios y poder recabar información de las personas que acuden a estos lugares, y de quienes llevan adelante estas tareas y las condiciones en que las realizan. El primer informe preliminar, publicado en diciembre, puede encontrarse en el siguiente enlace:

https://santafesinhambre.com/primer-informe-preliminar/ 

De ahí pudimos observar las características de muchos beneficiarios de estos lugares. Se trata de personas que cuentan con una inseguridad alimentaria muy alta, es decir, que no tienen asegurado el plato de comida diario. Mucha de esta gente depende de los comedores y merenderos para que su familia pueda acceder a una alimentación básica, acudiendo varias veces por semana. Los datos también muestran que muchos asisten a varios comedores, en una clara evidencia de que en cada lugar la demanda no alcanza a ser satisfecha debido a la poca cantidad de recursos. 

Quienes mantienen estos espacios forman ellos mismos parte de los barrios populares donde desarrollan su trabajo. En general son personas que, preocupadas por la situación alimentaria y económica de sus vecinos y de ellos mismos, buscan la solución a través del trabajo comunitario y solidario, muchas veces ingeniándoselas para poder conseguir las herramientas e insumos para su tarea. 

Los informes dejan claro lo siguiente: tanto para la situación de hambre de la población como para las precarias condiciones en que tienen que trabajar quienes se han puesto como objetivo la tarea de luchar contra eso, el municipio ofrece pocas respuestas. La mayoría de las veces se manifiesta una indiferencia a este tipo de trabajo, que no es reconocido, con la consecuencia de que nunca se lleva adelante un esfuerzo por conocer las condiciones de los comedores y merenderos y para garantizar que dichas personas puedan realizar su trabajo de forma adecuada. En ocasiones, incluso, se manifiesta un antagonismo hacia estos espacios. Se los somete a escrutinios imprácticos que parecen más bien ser un intento de dificultar este trabajo con el objetivo de que se deje de realizar, en vez de ser un intento genuino por conocer la realidad de los comedores de nuestra ciudad.


¿Qué proponemos?

En Santa Fe Funciona entendemos que este acercamiento es equivocado. Se debe estimular el trabajo solidario en nuestra ciudad, la Municipalidad debe reconocer y trabajar junto a estos grupos de gente que se organizan para mejorar la situación de los santafesinos. Comedores, merenderos, clubes, vecinales, son lugares donde la gente se encuentra y piensa estrategias para abordar los problemas sociales tan graves que tiene nuestra ciudad. Estos grupos son la herramienta más fuerte que tenemos para la reconstrucción de nuestra ciudad, para emprender la tarea de rearmar el frágil tejido social que tenemos ahora mismo.

La solidaridad tiene que ser el pilar fundamental con el que nos guiemos para poder cambiar completamente nuestro lugar y lograr una Santa Fe mejor para todos.
Estimulando esta solidaridad, tenemos que mostrar que no hay futuro posible si no es en conjunto, con todos nosotros yendo hacia un mismo lugar.

Sólo entonces vamos a poder sentir el orgullo de ser santafesinos en la ciudad que todos nos merecemos.
Cuando cada uno pueda sentirse parte del proceso, aportando desde su lugar, vamos a hablar de una Santa Fe más fuerte, más justa y linda donde vivir, una Santa Fe que Funciona Más Solidaria.